Hace un año parecía que el bipartidismo era una monstruosidad tal que ya se encargarían las fuerzas de apoyo al sistema (PPSOE, sus amos económicos y los mass media que controlan) de blindarlo y perpetuarlo, y de hecho
lo van demostrando: amplia cobertura del Congreso Extraordinario del PSOE, silenciamiento de encuestas desfavorables, desinformación por saturación, y el golpe maestro: una ola de reformas electorales que quieren conducir al país a algo parecido a la pseudodemocracia de los EEUU, donde el centroderecha y la ultraderecha se reparten el poder año tras año gracias a las circunscripciones únicas.

La puntilla la ha dado la última encuesta del CIS en intención de voto. Nos han querido hacer creer que supondrá la atomización del Parlamento para, meses después, hacernos ver el peligro de desgobierno que supone dicha atomización.
Pero si analizamos de manera somera los resultados, y de ese ruido de siglas extrapolamos en función de filias y fobias, tenemos un resultado que pone los pelos de punta, porque ya no es solo soñar que se puede, sino que el mazazo está a la vuelta de la esquina.

El panorama parecería desolador, pero si comprobamos cómo una hipotética alianza de la Izquierda Transformadora (IU, Podemos, Compromís, Equo...) puede alcanzar casi el 25% en intención de voto y que la izquierda nacionalista (BNG, Amaiur, CUP, ERC, etc.) tendrá cerca del 5%, y subiendo, comprobamos cómo hay tres polos claros: el PP, el PSOE y la Izquierda.
Y esto es solo estimación de voto. Conforme pasan los días, la intención de votar PP o PSOE se va reduciendo, mientras que el bloque de la izquierda, con Podemos ya a la cabeza, se dispara a cada minuto.
¿Quién sabe? Lo mismo en la próxima encuesta del CIS se produce el tan soñado sorpasso. Soñar es gratis. Ójala un día despertemos y comprobemos que no ha sido un sueño.
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