viernes, 22 de mayo de 2020

Difama, que algo queda: los once principios de la propaganda de la ultraderecha

Joseph Goebbels fue una de las personas más influyentes de la Alemania nazi. Mano derecha de Hitler, fue el auténtico responsable de su ascenso al poder mediante la manipulación y gestión de la información. Fue ministro de propaganda del régimen, y su labor se resume en los famosos Once principios de la propaganda, que son los que aún hoy rigen la mayoría de las fake news extendidas por las redes sociales por partidos de ultraderecha como VOX. Estos principios son los siguientes:
- Contagio: exagerar las coincidencias entre los enemigos para poder agruparlos en un mismo saco.
- Simplificación: convertir a todos los enemigos en uno único.
Vulgarización: el mensaje debe ser sencillo y de nivel intelectual bajo, para que lo comprenda hasta la persona más lerda.
- Exageración: las anécdotas y las excepciones se muestran como si fuesen lo general y se exagera su importancia.
- Orquestación: una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad. Además, hay que repetirla variando cada vez la forma en que se da a entender.
- Transposición: acusar al adversario de lo que te acusan a ti.
- Renovación: el volumen de noticias contra el enemigo debe ser grande, cambiante y variado, para dar sensación de tremendismo.
- Unanimidad: se debe dar por sentado que la manera propia de pensar es la del pueblo, la mayoritaria.
- Silenciación: callarse sobre aquellas noticias sobre las que no se tienen argumentos o ridiculizarlas, al tiempo que se intentan disimular aquellas noticias que favorecen al adversario.
- Verosimilitud: crear noticias falsas de fuentes sin rigor o sacando de contexto trozos de conversaciones o partes de discursos del enemigo.
- Transfusión: unir las noticias que se siembran a odios o prejuicios existentes.
En resumen, el difama, que algo queda de toda la vida. Se trata de un goteo continuo que apelando a los más bajos instintos va cada vez más erosionando la opinión pública para crear un clima de opinión favorable. Tanto más cuando se manipula tanto la información y se retuerce el discurso hasta hacer parecer lo negro blanco y lo blanco, negro. Ya lo hizo Hitler al llamar a su partido Nacional-Socialista, cuando era acérrimamente anti marxista, de la misma manera que los cachorros de Franco se llaman a sí mismos constitucionalistas, cuando todo el mundo sabe que tanto Alianza Popular como Fuerza Nueva, de quienes son herederos, se negaron a apoyar la Constitución.
Cuando cayó el nazismo, el pueblo alemán se preguntó cómo se podía haber llegado a apoyar un régimen tan sangriento. La respuesta está al alcance de la mano. Ójala que no vuelva a suceder lo mismo en España.

jueves, 21 de mayo de 2020

El reino del Diablo, de Jesús Yébenes

https://editorialcirculorojo.com/el-reino-del-diablo/
En estos días de cuarentena he tenido la suerte de leer algunos buenos libros de toda suerte y condición, desde El cielo de piedra, de Nora K. Jemisin hasta Gli arancini di Moltalbano, una antología de cuentos en italiano de Andrea Camilleri. Pero uno de los que más me ha gustado ha sido El reino del Diablo, del talaverano Jesús Yébenes.
El reino del diablo es una novela histórica con pinceladas del género de fantasía medieval y terror gótico que me ha recordado a mis lecturas juveniles de Salgari, Dumas o Walter Scott. Pero lo más sorprendente es que pese a la ausencia de pretensiones del autor, la novela está muy bien construida, con referencias muy trabajadas y contextos muy bien documentados.
Se trata de una novela de aventuras, de las que no puedes parar de leer y te la meriendas en dos tardes. Además, está llena de información histórica rigurosa y con una precisión en las localizaciones que a los frikis de la geografía nos hace erizar los pelos de la nuca.
No os voy a hacer spoiler, así que os toca a vosotrxs leerla. Y de paso descubrís un autor local talaverano del que estoy seguro de que lo mejor está aún por llegar.
Totalmente recomendada.