martes, 2 de junio de 2015

Monarquías bananeras

En un país desolado y asolado por largos ciclos de corrupción y políticas devastadoras de capitalismo feroz hemos asistido con resignación a una deprimente victoria de los mismos partidos de siempre (el PP y el PSOE). Tan dura y deprimente ha sido la derrota de la izquierda real que nos estamos conformando con migajas.
Sí, es cierto que algo está cambiando, que Madrid y Barcelona estarán gobernadas por dos mujeres alejadas de los partidos tradicionales, pero, por lo general, la gente está dando por bueno el mal menor, es decir, que se vaya el PP, olvidando que el PSOE es la otra rueda necesaria del eje del bipartidismo, y que es en el turno de partidos, y no en el PP en sí, donde radica lo turbio del sistema, por mucho que el PP muestre
su cara más rancia y el PSOE la más benévola.
La prueba de que pocas cosas han cambiado es la escasa repercusión que ha tenido un hecho transcendental como ha sido la oferta del Gobierno español de conceder a la OTAN una base de operaciones permanente y sin restricciones para lanzar ataques sobre el norte de África, involucrando de esta manera a nuestro país en las guerras del continente vecino con graves consecuencias, ya que no solo se atraerá hacia nuestro suelo la ira de los grupos radicales islámicos, ya que España pasará a ser objetivo militar preferente, sino que desde ese momento nuestro país será un Estado colaborador en los conflictos bélicos, lo que entra en contradicción con lo aprobado en referéndum por el pueblo español en lo referente a su estatus respecto a la OTAN y las bases estadounidenses.
Sin embargo, ni PP ni PSOE han movido un dedo. ¿Pa qué incomodar a los aliados, que es lo mismo que decir a nuestros amos? Mejor extender una densa y tupida cortina de humo, tejida, a poder ser, con fútbol y nacionalismo. ¿Y qué mejor que calentar los mass media con la pitada monumental al rey y al Himno Nacional?
Dices tú de monarquías bananeras...

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