domingo, 12 de mayo de 2013

Sabino Cuadra. ¿Quién dijo que todos los políticos son iguales?

Sabino Cuadra es uno de los escasos supervivientes de los movimientos revolucionarios de los años 70 y 80 que han sabido mantener la dignidad y no tirar la toalla ante el neoliberalismo exultante y, al mismo tiempo, evolucionar e implicarse en las luchas sociales sin perder nunca el norte.
Militante troskista desde los años 70, este comunista navarro (pese a nacer en Amurrio) permaneció siempre en una discreta segunda línea, ya que era de los que pensaban que el problema vasco había que resolverlo dentro de las coordenadas del socialismo, y no al revés, y prefirió la lucha sindical y el asociacionismo de base a la lucha armada y la guerrilla urbana.
En 1998, a raíz de una tregua de ETA, participó en la creación de Euskal Herritarrok (donde se habían integrado organizaciones no independentistas como la troskista Batzarre). Aunque a raíz de la ruptura de la tregua por parte de ETA un año después se fue desvinculando de EH, formó parte de algunas de las candidaturas B que la izquierda abertzale puso en marcha para sortear la Ley de Partidos impulsada por PP y PSOE, ya que Cuadra ha sido considerado siempre como una persona limpia de toda sospecha de pertenecer al entorno de ETA.

En la actualidad, es diputado por Amaiur en el Congreso de los Diputados, y es aquí donde se está convirtiendo en el auténtico azote del Gobierno, ya que Cuadra no tiene pelos en la lengua para definir lo que está pasando en nuestro país, le llama al pan, pan, y al vino, vino, y dice las cosas tan claritas y evidentes que se ponen los pelos de punta.
Cuadra denuncia la hipocresía del régimen al criminalizar a la población por actos de protesta básicos como los escraches o las huelgas; es más: se atreve a decir desde la tribuna de los diputados que la gente debería lanzarse a ocupar fábricas, a manifestarse y a hacer más escraches y llama a la crisis por su nombre: terrorismo social.
Y, sin embargo, ni rastro de Sabino Cuadra en la tele, en la radio o en los periódicos del régimen. Silencio total, no fuera que la gente lo escuche y se nos revolucione. Y si se cuela en algún medio de comunicación serio, como cuando Sabino Cuadra fue portada, involuntariamente, del Financial Times, habrá que decir que es un pro-etarra, un filoterrorista, un batasuno.
Por supuesto que no todos los políticos son iguales. Los hay que tienen el apoyo del Euro, medios de comunicación, leyes, control ideológico y fuerzas de seguridad incluidas. Y los hay que solo tienen la dignidad, la valentía y la palabra. Esos de los que Brecht decía que son imprescindibles.




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