domingo, 25 de abril de 2010

Dejad que los niños se acerquen a mí (Mc 10,14)

En un arrebato místico estoy reflexionando últimamente sobre la verdad rebelada (que no revelada). Y, para solaz de mi alma, he descubierto en las Sagradas Escrituras inefables verdades.
Lean, lean ese edificante versículo, y recuerden con ternura las palabras de amor a la infancia del bendito Santo Padre.

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