martes, 16 de septiembre de 2014

Isidoro Álvarez, ese gran empresario...


 
Anteayer murió como un bendito Isidoro Álvarez, uno de los hombres más influyentes en la gran patronal española.
Los periódicos se llenaron de esquelas laudatorias, de necrológicas que parecían loas más que otra cosa. ¡Ese gran hombre, ese gran filántropo a la cabeza de la fundación Ramón Areces, esas becas fullbright con las que regalaba a lo más florido de la juventud emprededora..! Y, como corresponde a todo buen finado, ni una sola crítica.
Pero la realidad es tozuda, y si damos la vuelta al pulido guijarro que nos muestran los periódicos y cadenas de radio y televisión (controladas por los socios de la misma CEOE que Álvarez dinamizó) nos encontraremos el trozo de roca pura, llena de aristas y de rugosidades. Porque si por algo se ha hecho famoso El Corte Inglés es por su política de empleo, en la vanguardia de la explotación sibilina de guante de seda: control de sindicatos, ley del silencio, horas extras y días festivos de trabajo gratis, obligación de los empleados y empleadas de estar siempre guapos y sonrientes, despidos discrecionales, presión interna... Y todo ello siempre insinuado, nunca impuesto. Eso sí, quéjate o critica la política de empresa, y adiós muy buenas. El mejor ejemplo de empresa american way en España.
Así que tanta paz lleve como descanso deja.
 

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