jueves, 25 de agosto de 2011

Réquiem por Zapatero


Aunque en los últimos años de gobierno del PSOE hemos asistido a una escalada in crescendo hacia las políticas más derechistas, la verdad es que hay algo que me apena en la figura del presidente Zapatero.
Por mucho que lo neguemos, su periodo gubernamental abrió grandes esperanzas en un amplio abanico social, con acciones tan fulminantes como la retirada de las tropas españolas de Iraq o imponiendo leyes tan valientes y necesarias como la del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, cuando la mayoría de la sociedad estaba aceptando que las cosas podían ser cambiadas, con la Iglesia contra las cuerdas (se manifestaba en la calle un día sí y otro también, así estaba de desesperada) y con la CEOE resignada a posibles cesiones, Zapatero empezó a perder fuelle y a hacer cesiones al ala más a la derecha (neoliberal) y más católica del PSOE sin ninguna necesidad. El presidente sufrió una abducción neoliberal sin parangón en la Historia de la Humanidad, resumida en la lapidaria frase de Llamazares (no le reconozco, señor presidente), de manera que empezó a hacer concesiones gratuitas a diestra y rediestra hasta llegar incluso hoy a atreverse a lo impensable: reformar la Constitución  por un chapucero trámite de urgencia para contentar a los mercados de deuda extranjeros.
Como comunista, soy de los que piensan, como Gramsci, que la sociedad sólo puede asimilar las propuestas de la izquierda cuando está preparada culturalmente para ello. Por eso considero doblemente doloroso el fiasco Zapatero, no sólo por lo que supone de oportunidad perdida para el avance de las ideas de la izquierda en general, sino por el daño que se le ha hecho a la credibilidad de la izquierda en sí.
De hecho, la desilusión de la gente de izquierda, la perplejidad ante lo que está pasando, es el origen de una apatía que conduce a una abstención que servirá el triunfo a Rajoy en bandeja de plata. Pese a los partidarios del "cuanto peor, mejor", que creen que un descalabro del PSOE abrirá los ojos de las capas populares y llenará las urnas de votos a IU, yo hago un análisis bastante más pesimista.
Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas son esclarecedores en este sentido; paradójicamente, el voto de castigo a un gobierno que ha traicionado a la izquierda haciendo políticas de derechas ha ido a parar, mayoritariamente, a la derecha más rancia.
Sin embargo, el daño ocasionado por Zapatero a nivel psicológico no se limita sólo a resultados electorales, sino que son aún más profundos. Cuando Felipe González forzó el abandono del marxismo en el programa del PSOE, e inició la homologación del PSOE con los partidos socialdemócratas europeos, aún existía en Europa una corriente fuertemente organizada de izquierda revolucionaria encarnada en los partidos comunistas (aún eran los últimos coletazos de la edad dorada, por ejemplo, del PC italiano, o del PC francés), por lo que seguía existiendo una referencia diversa en la izquierda, un norte múltiple al que mirar. Por el contrario, la claudicación de Zapatero ante el capital, que se había convertido en el único líder socialdemócrata de prestigio en Europa, es más que un símbolo para el neoliberalismo, es la señal inequívoca de que cualquier resistencia es inútil, y de que a partir de ahora ha llegado la hora de los banqueros.

2 comentarios:

  1. La primera legislatura de Zapatero fue la de la luz, ahora estamos en la de la oscuridad. Esta legislatura ha sido una espalda a la izquierda y un fortalecimiento del sector conservador socialista al estilo Bono. Aún así creo que es difícil manejar un país con semejante acoso internacional y que está aplicando medidas que a él no le gustan. Sinceramente no me gustaría estar en su posición.

    En cuanto al futuro electoral está claro que en las próximas elecciones ganará el PP y que IU no será una gran beneficiada, yo apuesto por no más de 5 diputados sin contar los de ICV. En mi opinión todo esto es a raíz de la mala imagen que representa la palabra comunista en este país, que tras cuarenta años de dictadura ha conseguido introducirse hondo en el subconsciente negativo español. Si existiera un partido de izquierdas del estilo del aún no constituido Espacio Plural (aunque sé que no gusta mucho la idea en IU) creo que sí que conseguiría mayor apoyo social.

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  2. Tienes razón en lo del desprestigio del término comunista, que se han encargado de cultivar, sobre todo, los medios de comunicación (y los cuarenta años de dictadura, por supuestísimo).
    Pero hay que llamar a las cosas por su nombre. Tú mismo, como republicano que eres, te quejas de la identificación que en este país se hace entre republicano y comunista, pero no por ello reniegas del término republicano.
    Es lo que diferencia la izquierda de la derecha, los valores morales, el renunciar a subterfugios de marketing. Y por eso mismo, como diría mi amigo Santos, la izquierda, al contrario que la derecha, siempre defrauda.
    Lo ideal, lo razonable, sería un sistema proporcional donde cada cual votara lo que quisiera y obtuviera una representación acorde con el apoyo conseguido, y donde la gente votara de forma informada, consciente y meditada. Pero para llegar a eso, muchas cosas cosas tienen que cambiar en este país.

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