Cuando en marzo de 2015 cristalizó el proyecto de Ganemos Talavera, muchas personas, entre ellas yo (militante del PCE y de IU), nos ilusionamos creyendo que la utopía de la unidad de la izquierda transformadora se había hecho, por fin, realidad. Hoy, viendo la gran cantidad de bilis, de odio y de rencor vertida y aireada a los cuatro vientos, comprobamos con tristeza cómo aquel sueño está hoy más lejos si cabe que entonces.
Desde mi modesta participación en el proyecto de Ganemos he intentado siempre establecer puentes entre posturas diversas, pero llega un momento en el que si callas parece que otorgas. Respeto los puntos de vista de cada cual, aunque sean antagónicos, pero ciertos comportamientos no se pueden tolerar. Por eso quiero dar mi opinión personal (que es la visión particular de un militante del PCE y de IU) sobre el proyecto de Ganemos Talavera, sobre cómo se gestó, cómo se gestionó, y, por fin, cómo se dinamitó.
Cuadro comparativo de los homínidos
Hace 1 año