Mi amigo Pedro Patiño, que el año que viene se jubila después de un porrón de años de maestro, me contó una anécdota que viene al caso:
Un día, dos de sus alumnos se peleaban y les preguntó que cuál de ellos tenía la culpa. Obviamente, los dos dijeron que la culpa era del otro. Y él, evidentemente, tomó por verdaderas ambas acusaciones, y los castigó a los dos.
Lo mismo ocurre con nuestros queridos amiguitos PSOE y PP durante la campaña electoral: mientras que el PSOE echa la culpa a la "derecha rancia, retrógrada y avariciosa", el PP acusa directamente a quienes han tenido durante un lustro la capacidad de actuar legalmente y no han hecho nada.
Y, curiosamente, los dos tienen razón: ambos son culpables.
Según los datos recopilados por VoteWatch los eurodiputados españoles del PSOE votaron en un 69,9 % lo mismo que los eurodiputados del PP. En los últimos cinco años se han celebrado en el Parlamento Europeo un total de 6.149 votaciones, de las que en 4.286 ocasiones los eurodiputados del PSOE pensaban exactamente lo mismo que los "rancios, estrechos y retrógrados" eurodiputados del PP, porque votaron exactamente lo mismo que ellos.
Así que ¡los dos tienen razón!
No existe un partido culpable de la crisis, no existe un partido mayoritario que apoye la Constitución neoliberal Europea, que financie los intereses de las multinacionales del automóvil, del ladrillo o de la banca, no existe un partido que consienta seguir manteniendo los acuerdos con la Santa Sede, no existe un partido que defienda a capa y espada la competitividad y la flexibilidad laboral. No existe un partido que apelando a los intereses del pueblo apoye con sus votos en Europa las políticas neoliberales que, en definitiva, han ocasionado la crisis.
Existen dos.
Cuadro comparativo de los homínidos
Hace 1 año