Hay una teoría conspiranoica que dice que la mejor arma que tiene el
poder para desactivar a la opinión pública es convertir un problema en
moda. Hoy el objetiv
o de la cámara está
puesto en los refugiados que acuden a Europa huyendo de la
desesperación, pero es tanta la saturación mediática que tanto
sufrimiento humano acabará por olvidarse, sobre todo cuando gane otro
título nuestra selección. No existen los inmigrantes, solo personas que,
como yo hoy, mi padre ayer y millones de seres humanos, se buscan la
vida como y donde pueden. Ningún ser humano es ilegal. La foto es de
una obra de Antonio Olmos, elaborada con la camiseta de un inmigrante abandonada en una
patera, de hace años, cuando el sufrimiento no era moda sino una lacra a
combatir.
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