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martes, 2 de junio de 2015

Monarquías bananeras

En un país desolado y asolado por largos ciclos de corrupción y políticas devastadoras de capitalismo feroz hemos asistido con resignación a una deprimente victoria de los mismos partidos de siempre (el PP y el PSOE). Tan dura y deprimente ha sido la derrota de la izquierda real que nos estamos conformando con migajas.
Sí, es cierto que algo está cambiando, que Madrid y Barcelona estarán gobernadas por dos mujeres alejadas de los partidos tradicionales, pero, por lo general, la gente está dando por bueno el mal menor, es decir, que se vaya el PP, olvidando que el PSOE es la otra rueda necesaria del eje del bipartidismo, y que es en el turno de partidos, y no en el PP en sí, donde radica lo turbio del sistema, por mucho que el PP muestre

lunes, 11 de mayo de 2015

Miguel Esteban, nido de hipócritas

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10153228680341772&set=a.10150923589846772.429491.775726771&type=1
Anda revuelto mi pueblo, Miguel Esteban, porque los del PP han colocado a la entrada del recinto de la iglesia una pancarta con los colores de la bandera nacional glorificando a los héroes peperos (Rajoy, Cospedal y Vicente Tirado).
Dicen los de la derechona más rancia que no pasa nada, que cada uno usa los símbolos como les da la gana. Y el resto del pueblo anda indignado por el uso partidista que se le está dando a los símbolos patrios.
A mí, pobrecito hablador, lo que me da

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ratzinger y la Patria


Mucho se ha hablado estos días de la visita del Jefe del Estado del Vaticano (anteriormente conocido como Ratzinger y ahora como Benedicto XVI), y han corrido ríos de tinta sobre sus paños calientes con los miles de casos de curas pederastas o su pasado como miembro de las Juventudes Hitlerianas (hechos que, sin duda, su dios habrá perdonado, pelillos a la mar).
No, no voy a hablar de eso, ni siquiera voy a responder a las acusaciones del presidente de la Conferencia Episcopal española, Martínez Camino, a la Asociación Europa Laica de ser unos parásitos (es como si un vampiro acusa a un ser humano de chupóptero, tratándose del jefe de una organización que cobra del Estado español, vía impuestos, la friolera de unos 10.000 millones de €). Ni de los 50 millones de euritos (unos 8500 millones de las antiguas pesetas) que van a costar las Jornadas de la Juventud en un contexto de crisis económica (y ni siquiera me he referido a Somalia).
De lo que me gustaría hablar es de algo que me intriga.
Yo, como escoria antiespañola que soy (vamos, que ni se me eriza el vello de la nuca cuando oigo el himno nacional), no sé en qué posición quedan, por ejemplo, los curas y las monjas españoles a efectos patrios. ¿Tienen los curas y las monjas doble nacionalidad española-vaticana? Porque, si mal no recuerdo, están obligados por voto de obediencia, que se remonta al Papa a través de la jerarquía de obispos y cardenales, a un acatamiento total de la voluntad del Jefe de Estado de un país extranjero.
Y si no tienen nacionalidad vaticana, ¿son algo así como agentes dobles? Entonces, a efectos patrios, ¿se les podría considerar traidores a España? Porque es indudable que si un cura o una monja tuvieran que elegir lealtad nacional, elegirían lealtad al Vaticano, a quien han jurado obediencia: no conozco muy bien los rituales internos de la secta católica (me refiero a la secta católica para diferenciarla de las otras facciones cristianas), pero creo que aún celebran un rito medieval de sumisión en sus ordenaciones religiosas.
¡Cielos!
¿En qué posición deja esto a los miles de bisoños jovenzuelos que agitan sus banderitas del Vaticano mientras en sus muñecas tintinean las pulseritas rojigualdas?
¡Dios suyo! (Perdonen que, por razones de coherencia, no diga ¡Dios mío!). ¿Me estaré volviendo nacionalista?
¡Dios me libre!