jueves, 28 de marzo de 2013

Por sus enemigos lo conoceréis

Agência Brasilhttp://commons.wikimedia.org/wiki/File:HugoChavez1820.jpeg









Cuando hace unas semanas murió el controvertido Hugo Chávez incluso gran parte de la izquierda políticamente correcta de este país le bailó el agua a la oposición antichavista tildando de dictador al presidente venezolano.
Sin embargo, pese a los muchos esfuerzos de todas las derechonas (mediáticas, sociales y económicas) es innegable que Chávez murió en la cima de la popularidad, con una aceptación traducida, además, en una aplastante mayoría de votos en las urnas.
¿Por qué ese empeño, entonces, en demonizarlo, en presentarlo como un dictadorzuelo bananero, inculto y tirano, cuando su pueblo lo adoraba, cuando su primera medida de gobierno fue la escolarización de dos millones de niños y la erradicación del analfabetismo, cuando cambió petróleo venezolano por médicos cubanos para atender los suburbios de Caracas, cuando destinaba miles de dólares para calefacción, incluso, de los ciudadanos más pobres del Bronx, en el mismo corazón de los Estados Unidos?
Venezuela nos queda muy lejos, y es difícil analizar la situación para extraer una verdad. Pero a veces, las cosas son más sencillas: basta con ver quiénes están brindando con la muerte de Chávez, que no son otros que los hombres más ricos de Venezuela (Cisneros o Mendoza), los gobernantes de los países causantes de la crisis mundial (desde la Merkel a Mariano Rajoy) o jefes de Estado a los que nadie ha elegido democráticamente, como nuestro monarca, por ejemplo.
Y una cosa está clara: si estos están contra Chávez, sus motivos tendrán. Y no son los míos.