miércoles, 24 de junio de 2009

Es lo que parece

El propio portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, explicó la negativa de su partido a la propuesta de Izquierda Unida de subir los impuestos a los más ricos diciendo que no pueden caer en la incoherencia.
No fue un desliz.
Ya no hay medias tintas. En cuestiones de economía, el PSOE se ha decantado definitivamente por la senda de la derecha.
Pero, no se preocupen. Ya se encargarán los gigantes de la (des)información de contrarrestar el impacto mediático de esta estocada a los más desfavorecidos con algún asuntillo más importante (por ejemplo, la victoria de la gloriosa selección española).
A por ellos, oooooééééééé!!!!!

miércoles, 17 de junio de 2009

La Ciencia vs. la Conferencia Episcopal

Cuando los astrónomos de la Edad Moderna empezaron a tener datos objetivos y fiables sobre la posición, velocidad y trayectoria de los astros, se sorprendieron de lo aparentemente complicado de sus órbitas, que parecían describir trayectorias helicoidales hipercomplicadas si se tenía en cuenta que todos debían girar alrededor de la Tierra y que, por tratarse de cuerpos de las esferas superiores, sus órbitas debían basarse en el círculo. De este modo, construyeron artificiosos modelos matemáticos en los que La Tierra ocupaba el centro y los demás astros giraban en engranajes a modo de ruedas dentadas que se insertaban unas en otras y que a duras penas lograban explicar las órbitas aparentes.

La solución, como sabemos, la dio Galileo: si abandonamos la premisa de que la Tierra es el centro del Universo resulta que todo cuadra, todo se simplifica y resulta que un engranaje artificioso y complicado da lugar a un modelo sencillo, claro y evidente. Por último, basándose en las notas de Tycho Brahe, Kepler dio la punzada de oro al abandonar los restos de prejuicio platónico y admitir que los planetas no sólo giraban alrededor del Sol, sino que, además, las órbitas que describían no eran circulares (perfectas) sino elípticas.

En muchas ocasiones a lo largo de la Historia, el impulso a la ciencia vino asociado casi siempre al abandono de los prejuicios religiosos (que es un eufemismo de superstición). La importancia de los descubrimientos de Servet, Galileo o Kepler no lo fue tanto por lo sesudo de sus investigaciones como por la audacia de abandonar creencias estúpidas basadas en supersticiones religiosas.

Al hilo de lo anterior, nos complicamos la existencia, en el campo de la política educativa, intentando conciliar los intereses de la religión y del resto de materias en complicados equilibrios inestables cuando la solución lógica, razonable y definitiva es única y evidente: la religión debe salir de la Escuela.

Mientras esto no suceda, no podemos rasgarnos las vestiduras cada vez que alguien se atreva a decir desde la pizarra que un gay es un desviado, que hacer el amor es reprobable o que un óvulo fecundado de dos semanas es un ser humano y quien lo elimina es un asesino.

De aquellos polvos, estos lodos.

domingo, 14 de junio de 2009

Nuevas recetas de derechas

Por si alguien tenía dudas, el Gobierno Zapatero acaba de dar una nueva vuelta de tuerca en sus soluciones neoliberales a la crisis: subir los impuestos a los más pobres, es decir, apretar las clavijas en los impuestos indirectos.
Cuando soplaba una leve brisa de cambio, cuando lo lógico era subir los impuestos directos para que la crisis la sufragaran los más ricos, los especuladores, los que la han ocasionado y se están lucrando a costa de los trabajadores, el Gobierno (recordemos que, nominalmente, representan a un partido socialista y obrero) opta por dar la razón al PP de Camps, de Oreja y de Rajoy y por exprimir los bolsillos de los españolitos de a pie.
Ya puede José Blanco hacer los malabarismos oratorios que quiera: optar por subir los impuestos indirectos (como el de los carburantes o el tabaco) mientras se respeta el capital de los más ricos, es de derechas. Lo lógico en estas circunstancias sería subir el tipo impositivo a las rentas más altas, pero parece ser que la lógica es diferente según desde el ángulo desde el que se mire. Y desde la izquierda todo esto nos parece puro y duro liberalismo de libro.
Y no aceptamos pulpo como animal de compañía.